¡Hola opositores! 

Entrevistamos a Sara, de Cangas de Narcea. Esta joven de 29 años es licenciada en Derecho por la Universidad de Oviedo y acaba de aprobar la oposición de Tramitación Procesal. Hablamos con ella sobre la experiencia de opositar y lograr su objetivo en un segundo intento.

¿Por qué opositaste a Tramitación? ¿Probaste alguna otra?

Al terminar la universidad no tenía muy claro lo que hacer, ya que la carrera me había decepcionado un poco (demasiado énfasis en lo teórico y poco en la práctica, aunque me consta que el Grado es diferente). Sabía que la abogacía no era lo mío, así que me decanté por el mundo de las oposiciones.

En mi caso, tuve mucha suerte porque mi madre también es Tramitadora y “tenía en casa” a mi mayor aliada. Siempre me gustó el Derecho Procesal, mi madre me explicaba cosas de su trabajo y tenía la certeza de que me iba a gustar, de que eso era “lo mío”.

Me presenté a los tres cuerpos de la Administración de Justicia, como muchos de mis compañeros. Creo que si tienes la titulación necesaria, hay que quemar todos los cartuchos. De hecho, mi estudio estaba centrado más bien en Gestión, y al final fue Tramitación la que aprobé.

Esta fue mi segunda convocatoria, aunque para ser francos, en la primera no era consciente de lo que ésto conllevaba e iba un poco a ciegas. Justo después de los exámenes de la convocatoria pasada, me puse al 100% con el estudio.

Me presenté a los tres cuerpos, si tienes la titulación necesaria, hay que quemar todos los cartuchos

¿Contabas con el apoyo económico de familiares o amigos?

Afortunadamente, sí. Tuve muchísima suerte en ese sentido, porque me permitió dedicarme a las oposiciones al 100% sin tener que compaginarlo con trabajo (creo que se puede, pero obviamente, me hubiera costado más). Creo que si no hubiera aprobado en esta convocatoria, me hubiera buscado un trabajo a tiempo parcial, porque realmente opositar es un desembolso para cualquier familia. Estoy muy agradecida a mi familia y también a mis amigos, que sabían cuál era mi situación y siempre me ayudaron mucho.

 

¿Cuál era tu rutina de estudio?

Para mí, lo primero, fue crear un lugar y un hábito de estudio. Eso no es fácil si llevas algún tiempo sin estudiar, como era mi caso. Hay que coger el temario, hacer una toma de contacto y tener paciencia, sobre todo al principio porque se avanza lento.

Cuando ya lo tenía todo un poco visto, intentaba hacerme un plan semanal, realista pero ambicioso, e iba poniendo “ticks” cada vez que acababa alguno de los objetivos. Ir tachando en la agenda, me hacía sentir tan bien que realmente luego se convirtió en algo casi automático.

En mi caso, no estudiaba tanto por horarios sino por objetivos. Los objetivos me los marcaba mi preparador, pero siempre me gustaba hacer un repaso a todo lo anterior, para que no se me olvidase nada.

A final del día, después de la jornada de estudio, siempre hacía test de la materia que había visto.

Sin embargo, mi chip cambió cuando salió la convocatoria. Intensifiqué al máximo el estudio e intentaba exprimir cada minuto al máximo. Hubo días de auténtica locura, de pasarme el día sentada frente a los libros. Otros en cambio, mi cabeza decía “basta” y en ese momento, es mejor parar y salir a despejarse.

Al final del día siempre hacía test de la materia que había visto

 

¿Qué material (subrayadores, agendas y demás material de papelería) solías utilizar en tu día a día?

El material de papelería se convirtió prácticamente en mi único gasto, ya que últimamente mi vida social se redujo casi al mínimo. Como tengo memoria visual, utilizaba muchos colores y subrayadores diferentes, asociando un color a cada cosa (naranja, para plazos; rojo para reformas…etc).

También usaba mucho “postit” para apuntar cosas importantes o plazos, y los tenía siempre a la vista.

La agenda para mí fue indispensable, como ya he dicho, planificaba la semana e iba tachando a medida que cumplía con los objetivos. La de este año me la regaló mi hermana con una dedicatoria “seguro que esta agenda será la última”. La voy a guardar como recuerdo.

 

¿Ibas a academia, preparador, o estudiabas en solitario?

Iba a academia. Pienso que se puede aprobar estudiando por tu cuenta, pero, en mi opinión, un preparador puede ser recomendable, sobre todo al principio, para crearte una rutina de estudio y también porque ir a clase te sirve para “medirte” con otros compañeros opositores, así como para conocer gente en tu misma situación con los que compartir este duro camino.

Ahora bien, es importante saber elegir bien, tanto preparador como academia.

Es importante elegir bien, tanto preprador como academia

 

¿Con cuánta antelación empezaste a preparar el test?

Empecé casi desde el primer día. En la carrera había hecho muy pocos exámenes tipo test y no estaba acostumbrada a ese sistema.

Al principio, hacía test por temas o por bloques de temas. Era una forma más de repasar. Cuando ya tenía el temario más trillado, hacía test de bloques más grandes, mezclando todos los procesos, para asegurarme de que lo sabía bien.

Cuando salió la convocatoria, empecé a hacerlos de forma intensiva. Sabía que los cortes iban a estar muy altos y que cualquier fallo me podría dejar fuera. Quería acostumbrarme a ellos y a la forma plantear las preguntas que luego te vas a encontrar el día del examen. También me bajé la aplicación de Opositatest para el móvil y hacía todas las noches un par de completos de 100 preguntas antes de irme a dormir.  La semana del examen la dediqué exclusivamente a hacer tests.

 

¿Cómo utilizabas Opositatest para el repaso? ¿Qué fue lo que más te gustó de la plataforma?

Opositatest fue un gran aliado. En mi academia hacíamos muchos tests, pero de tanto repasarlos acababa por saberlos casi de memoria. Fue el mejor complemento al material que me proporcionaban en clase.

Lo que más me gustaba es que constantemente estaban añadiendo preguntas, de forma que siempre vas a tener preguntas nuevas y actualizadas. También me gustaba mucho la opción de poder hacer tests de “preguntas falladas” porque hacía que no se me olvidara nunca más en qué había fallado.

El hecho de tener una app propia que me permitiera hacer tests en cualquier lugar, también fue de las cosas que más valoré cuando me suscribí.

OpositaTest fue el mejor complemento para el material que me proporcionaban en clase

 

¿Recomendarías Opositatest a los opositores?

Sí. Creo que es un gran complemento al estudio de cualquier opositor. Lo recomiendo.

 

¿Cuál fue la prueba en la que más dificultades tuviste? ¿Y la que menos?

Creo que en estas oposiciones y, habida cuenta de los cortes que hubo, hay pocas pruebas de “poca dificultad” porque apenas hay margen de error.

Sí que es cierto, que al test fui bastante tranquila (ya había hecho el de Gestión) y eso es importante. A continuación del test, se hace el caso práctico, que me daba más miedo, pero cuando vi que era penal, que es lo que más me gusta, me relajé y todo salió muy bien.

Si tuviera que elegir la peor prueba, aunque pueda sonar extraño, sería la mecanografía. Nunca había hecho, la preparé por mi cuenta desde que supe que había pasado los cortes, y sabía que podía ir o muy bien o todo lo contrario. Es una prueba que no depende de tus conocimientos, y eso me generaba bastante preocupación e inseguridad.

 

¿Qué opinas de que en la siguiente convocatoria el sistema de selección en justicia pueda ser concurso-oposición?

Finalmente va a ser concurso oposición (pese a esta afirmación, hasta que salga la convocatoria no estará confirmado) , y eso entiendo que asuste y desmotive a quienes acceden por libre, pero nunca hay que darlo por perdido. Los interinos también van a tener que pasar unos cortes elevados, y hay muchos (obviamente, no todos) que no tienen el hábito de estudio de un opositor de libre (por el trabajo, porque hace mucho que no estudian, etc).

Lo que está claro, es que las plazas no se regalan y que estas oposiciones cada vez se están volviendo más exigentes.

 

¿Qué estabas haciendo cuando leíste que habías aprobado? ¿Te lo esperabas?

23 de julio. Llevaba varios días nerviosa, siguiendo la misma rutina: comía y entraba en la página del Ministerio (suelen colgar las notas en torno a las 14-15h).

Como no había salido nada, me fui a tomar el sol con mi madre con total despreocupación. En un momento dado, entré en Facebook y vi que alguien había puesto “ya están los aprobados” y pensé que era broma porque me extrañaba que salieran por la tarde. Cuando vi el pdf y lo abrí… fueron los segundos más angustiosos de mi vida hasta que por fin vi mi nombre…  Grité como nunca, mi madre se había quedado dormida y no sabía qué me había pasado… Ver la cara de mis padres en ese momento es algo que nunca voy a olvidar…

En cuanto a si me lo esperaba… No sabía qué pensar, como dije la última prueba es muy subjetiva, y no te puedes llevar copia del examen a casa para ver cómo lo hiciste. Son 15 minutos de examen, y cuando sales dudas hasta de tu nombre. Sabía que tenía muy buena posición, pero tenía mucho miedo de haber hecho algo mal en la prueba de mecanografía que me hubiera dejado fuera… Pasé ese mes de espera con verdadera angustia.

 

¿Cuál será ahora tu futuro inmediato?

Ahora estoy disfrutando del verano *(La entrevista fue realizada durante el verano)* como hacía tiempo que no hacía. Es un proceso lento, aún tienen que publicarse los aprobados en el BOE, salir los destinos, elegir, resolverse… Hay que tener paciencia. Dicen que igual hasta finales de año no empezamos a trabajar, pero ahora esperar se hace más llevadero. No sé dónde me tocará, aunque no me preocupa demasiado. Quiero seguir estudiando, porque me gustaría llegar a ser Letrada de la Administración de Justicia algún día, pero ahora con más tranquilidad.

 

Para finalizar, ¿qué consejos les darías a los opositores de Tramitación?

Les diría algo tan típico como que no se rindan. Cuando me quedé a escasos dos puntos del corte de Gestión, me vine bastante abajo y pensé que esto no era para mí, pero afortunadamente me recompuse y acabé aprobando Tramitación.

No hay más truco que estudiar muchísimo (hacerse con un buen temario es esencial, aunque yo prefiero estudiar la Ley directamente), ser sacrificado, persistir, tener claro tu objetivo y perseguirlo hasta el final. No compararte con nadie. Habrá momentos muy malos, pero todo acaba cobrando su significado cuando ves tu nombre en la lista de aprobados. Otra cosa que me ayudó en los momentos malos era visualizarme sentada en mi mesa, cerraba los ojos y me veía feliz en un Juzgado.

Les diría también que se rodeen de gente positiva, que crea en vosotros cuando os venza el desánimo. Creo que parte del éxito es también de esas personas que te empujan a seguir.