¡Hola, opositores y opositoras! En esta entrada os explicaremos cómo crear un hábito de estudio para facilitar la memorización de contenidos, de acuerdo con los últimos avances en el campo de la neurociencia.

Sin duda, esto es clave para superar cualquier oposición.

¡Seguid leyendo si queréis conocer todos los detalles!

Cómo crear un hábito de estudio: claves

Según diversos expertos en el ámbito de la neurociencia del aprendizaje, es de vital importancia reproducir pautas de comportamiento para poder crear un buen hábito de estudio, aprovechando los procesos automáticos del cerebro.

En este sentido, existen dos factores clave para conseguirlo:

1. Estudiar siempre en el mismo lugar

El primer consejo fundamental es tratar de estudiar siempre en el mismo lugar.

Esto se basa en el hecho de que la mente humana procesa la información en bloque. Por tanto, asocia lo que estemos estudiando con todos los estímulos externos del lugar donde nos encontremos: ruidos, estímulos visuales, objetos existentes, iluminación, temperatura, postura física, etc.

Si estudiamos en el mismo lugar día tras día, se generará un hábito y nos resultará más fácil ponernos a realizar esta tarea, ya que asociamos el espacio físico con la acción de estudiar.

Para la elección del lugar, deberíamos priorizar sitios que:

  • Sean relativamente silenciosos y donde no suframos interrupciones durante el tiempo de estudio
  • Tengan una buena iluminación, idealmente natural (durante las horas diurnas)
  • Nos permitan una buena ergonomía en la postura: silla y mesa a la altura adecuada, utilización de atril si nos resulta más cómodo, pies apoyados en el suelo o en un reposapiés, etc.
  • Ofrezcan una temperatura adecuada. El exceso de frío o calor (sobre todo este último) puede influir negativamente en la capacidad de concentración

No es imprescindible que sea una habitación o despacho situado en casa. De hecho, muchas personas prefieren estudiar la oposición en una biblioteca, precisamente para asociar el hábito de estudio a un lugar destinado solo a esa finalidad (y, de paso, eliminar distracciones).

2. Tener horarios de estudio regulares

El otro gran factor que debemos tener en cuenta para crear un hábito de estudio adecuado es intentar programar horarios rígidos, que se repitan día tras día.

Esto ayuda enormemente a automatizar el hábito y desligarlo de la toma expresa de decisiones por parte de la mente consciente.

Para poder conseguirlo, es fundamental tener una buena planificación previa de la preparación de las oposiciones. En este sentido, es aconsejable que:

  • Fijéis de antemano el objetivo diario de horas de estudio
  • Distribuyáis las tareas concretas a realizar, en bloques de tiempo preestablecidos
  • Establezcáis objetivos de temas a memorizar o repasar cada semana. Utilizad un sistema de repetición espaciada para optimizar la retención de información
  • Programéis también las pausas o descansos
  • Evaluéis periódicamente el grado de consecución de los objetivos, por ejemplo con un OpoTracker

Por supuesto, no basta con planificar, sino que hay que comprometerse día a día a cumplir con lo planificado.

Al principio puede resultaros difícil, pero el proceso será cada vez más rápido si respetáis los horarios durante el tiempo suficiente.

La clave aquí está en repetir el hábito día tras día. No importa tanto el número de horas, como el número de repeticiones que podáis consolidar. Cuantas más repeticiones, más facilidad tendréis para programar el hábito.

Las claves para organizar el estudio de la oposición

¿Por qué es importante crear un hábito de estudio para las oposiciones?

Sin duda, saber cómo crear un hábito de estudio es fundamental para cualquier persona que se plantee la preparación de oposiciones.

Se trata de reducir la fricción y el desgaste energético que supondría tomar la decisión consciente de ponerse estudiar.

De este modo, cuanto más automatizado tengamos el hábito de estudio, menos tendrá que intervenir la mente consciente para realizar dicha acción. Simplemente, sucederá por la mera repetición.

En el ámbito de la neurociencia, la llamada Ley de Hebb (acuñada en 1949 por el psicólogo Donald Hebb) nos dice que las conexiones neuronales se fortalecen si dos neuronas implicadas en el proceso están activas al mismo tiempo.

En la práctica, esto se traduce en que los hábitos mentales repetidos van afianzando progresivamente ciertas conexiones neuronales, que se hacen más fuertes y persistentes. Es decir, que la repetición en el estudio va a lograr una mejor memorización.

La «ley de automatización»

La llamada «ley de automatización» rige un gran número de procesos y acciones del ser humano.

Así, según esta norma, cualquier cosa que realicemos el suficiente número de veces, se programa en el cerebro. Esto se aplica tanto al deporte, como al ámbito académico y a prácticamente cualquier otro aspecto del comportamiento humano.

Y es que, desde que nacemos, vamos generando procesos de automatización (caminar, determinados gestos, etc.), que guían la mayor parte de nuestros comportamientos en el día a día.

Hábitos y mente inconsciente

Además de los procesos físicos automatizados, también tenemos este tipo de automatizaciones a nivel mental, de pensamientos. Por eso es importante analizar qué pensamientos nos resultan beneficiosos y cuáles no.

En este sentido, la mente inconsciente va a obedecer las órdenes a la primera, salvo que exista una programación previa que contradiga dicha orden (sean hábitos positivos o negativos), ya que se generaría un conflicto.

Pensad, por ejemplo, en el proceso de aprender a conducir un coche.

Al principio, la mente consciente trata de controlarlo todo (pedales, retrovisores, tráfico, marchas, etc.). Es mucha información simultánea, difícil de manejar de forma consciente, ya que este tipo de pensamiento es lento.

Sin embargo, la mente inconsciente es rápida. Por eso, cuando tenemos algo automatizado, se hace con facilidad y sin pensar. Siguiendo con el ejemplo, cuando ya tenemos práctica conduciendo, no tenemos que pensar en los movimientos de pies y manos para cambiar de marcha. Todo se realiza automáticamente y de forma muy eficiente.

En el fondo, la razón biológica de la automatización de procesos es el ahorro energético. De este modo, los procesos automatizados consumen entre 2 y 3 veces menos energía en el cerebro que los que se realizan de forma consciente.

El reto de vencer a la procrastinación y crear hábitos de estudio

Si conseguís crear el hábito de estudio de una forma sólida, la procrastinación dejará de ser un problema en la mayoría de casos.

Así, al grabarse en la mente inconsciente, disminuirá radicalmente la fricción asociada a iniciar el acto de estudiar.

En los primeros días, sin embargo, puede que os cueste lograrlo. Un pequeño truco que suele funcionar en esos días más difíciles es comprometerse con el mínimo esfuerzo posible.

Por ejemplo, en lugar de pensar en estudiar dos horas, proponeos estudiar tan solo 10 minutos.

Es un esfuerzo tan pequeño que no os costará empezar. Sin embargo, lo más probable es que, una vez transcurridos esos 10 minutos iniciales, os resulte fácil continuar estudiando un rato más o, incluso, completar la sesión que habíais previsto.

En definitiva, ahora que ya sabéis cómo crear un hábito de estudio y cuál es la importancia de los procesos automáticos en este ámbito, seguro que os resulta más fácil consolidar una buena rutina de preparación de las oposiciones.

¡Ánimo y suerte!


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