¡Hola, opositores y opositoras! ¿Conocéis el método Pomodoro? Se trata de una técnica de estudio muy sencilla pero que puede dar excelentes resultados en la preparación de oposiciones.

¡Seguid leyendo si queréis conocer todos los detalles!

¿Qué es el método Pomodoro?

Como decíamos, el método Pomodoro es una técnica de estudio que consiste en alternar períodos de trabajo de 25 minutos de duración con breves pausas de 5 minutos. Al completar cuatro de estos ciclos, se hace un descanso más largo, de 20 o 30 minutos.

El esquema, por tanto, sería el siguiente:

  • Definir la tarea a realizar. Por ejemplo, estudiar el tema 1 del programa de una oposición.
  • Estudiar durante 25 minutos con la máxima concentración. Estos bloques de estudio reciben el nombre de «pomodoros».
  • Pausa de 5 minutos.
  • Repetir la secuencia de estudio – pausa hasta completar 4 ciclos (aunque también pueden ser más o menos ciclos, según el tipo de tarea y la disponibilidad de tiempo de cada persona).
  • Descansar 20 o 30 minutos al finalizar el ciclo.

Por supuesto, este ciclo se puede repetir tantas veces como queráis. Por este motivo, usar el método Pomodoro os puede resultar muy útil una vez habéis decido cuántas horas dedicar al día al estudio de vuestra oposición.

¿Cuál es el origen del método Pomodoro?

La técnica Pomodoro fue creada a finales de la década de los 80 por el italiano Francesco Cirillo, como un sistema de gestión del tiempo para estudiantes.

Como curiosidad, su nombre se debe a los típicos cronómetros de cocina en forma de tomate (pomodoro, en italiano), como los que se usan para controlar los tiempos de cocción de la pasta.

Desde entonces, esta técnica no ha cambiado prácticamente nada, más allá de utilizar otro tipo de cronómetros o aplicaciones de móvil o escritorio para medir el tiempo.

¿Qué necesito para aplicar la técnica Pomodoro?

Sin duda, una de las grandes ventajas del método Pomodoro es que no requiere ningún equipo especial. Por tanto, basta con disponer de lo siguiente:

  • Lápiz y papel para anotar las tareas y controlar el número de «pomodoros» que vayáis completando. Por supuesto, también podéis hacer el seguimiento en una hoja de cálculo, una aplicación de notas u otra herramienta similar.
  • Un cronómetro. Sin duda, el clásico temporizador de cocina analógico funciona perfectamente, siempre que no os resulte molesto el sonido. Por supuesto, también podéis usar el cronómetro del móvil o bien una aplicación específica (para ordenador o para móvil). Como os imagináis, el inconveniente de utilizar una app móvil o web es la tentación de consultar vuestras notificaciones o abrir otras aplicaciones.

Cómo aplicar esta técnica al estudio de oposiciones

El método Pomodoro puede aplicarse perfectamente al estudio de una oposición. No obstante, como ocurre con las demás técnicas de estudio de oposiciones, no tiene por qué ser válida para todas las personas.

Por tanto, os recomendamos probarla y experimentar con ella, pero no os forcéis a usarla si no os resulta útil o si os provoca estrés.

Una forma muy sencilla de aplicar el método Pomodoro sería, simplemente, utilizarlo para estudiar un tema del programa de la oposición. Si completáis un ciclo de cuatro «pomodoros», habréis dedicado un total de casi dos horas al estudio (incluyendo pausas), a lo que se añadiría el descanso largo que cierra la secuencia.

Aunque no sea suficiente para memorizar un tema al 100%, puede ayudaros a estructurar el tiempo para así pasar a otra tarea. Por ejemplo, podéis dedicar los siguientes dos «pomodoros» a repasar uno o dos temas anteriores.

Ventajas del método Pomodoro

Las principales ventajas del método Pomodoro son las siguientes:

  • Es una buena herramienta para gestionar el tiempo y estructurar vuestra jornada de estudio. Así, los bloques de «pomodoros» pueden ayudaros a organizar las tareas en secciones más asequibles y ordenadas, que resulten menos abrumadoras.
  • Evita la fatiga mental, ya que distribuye las pausas y descansos de una forma muy eficiente.
  • Su funcionamiento es muy sencillo y es realmente fácil de aplicar en la práctica. No requiere herramientas adicionales ni un seguimiento complejo. Como veíamos, basta con tener un cronómetro, un lápiz y una hoja de papel.
  • Favorece la concentración y maximiza la productividad. Sin duda, cuando estudiamos, es habitual caer en alguna distracción o no estar siempre atentos al 100%. El hecho de contar con un tiempo muy limitado puede funcionar como un acicate para exprimir al máximo esos 25 minutos y sacarles todo el partido posible. Como suele decirse, las tareas se extienden habitualmente hasta el límite del tiempo disponible. Por tanto, es muy probable que podáis comprimir en 25 minutos lo que, de otro modo, os ocuparía bastante más.
  • Al ser solo una herramienta de gestión del tiempo, es compatible con otras técnicas de estudio y puede aplicarse a casi cualquier tipo de tarea (aunque no a todas).
  • Previene la procrastinación. El hecho de fragmentar el estudio en bloques muy breves, hace que se perciban como más asequibles y puede ayudaros a vencer las barreras de la procrastinación.
  • Es adaptable. Siguiendo la filosofía del método, nada nos impide que lo adaptemos a nuestras preferencias personales. Por ejemplo, fijando cada «pomodoro» en 15 o en 40 minutos, y estableciendo ciclos de estudio – descanso más o menos largos.

Inconvenientes

Sin duda, la técnica Pomodoro puede tenar también ciertos inconvenientes:

  • No es apta para todo tipo de tareas. En particular, no funciona bien con proyectos de tipo creativo, en los que el ciclo natural de trabajo puede ser mucho más largo e incluso un poco disperso. De este modo, las constricciones típicas del método Pomodoro pueden obstaculizar la generación de ideas.
  • No todas las tareas son fácilmente divisibles en bloques de 25 minutos. No obstante, también es cierto que una simple pausa de 5 minutos tampoco va a interrumpir el flujo de trabajo de forma significativa.
  • Puede resultar estresante. Dependiendo de la personalidad de cada uno, esta técnica podría generar demasiada presión y resultar contraproducente. Así, hay estudiantes que, en vez de ser más productivos ante las limitaciones de tiempo, se bloquean por completo.
  • No suele funcionar para el trabajo en equipo. Es una técnica de estudio individual, que prioriza la concentración y la introspección. Por tanto, no está diseñada para tareas de tipo colaborativo.
  • Es un sistema rígido, aunque, como decíamos, no hay problema en adaptarlo a las preferencias de cada estudiante.

En definitiva, el método Pomodoro es una de las técnicas de estudio de oposiciones más sencillas y, potencialmente, más eficientes. Si encaja con vuestra personalidad y la aplicáis de forma flexible, puede convertirse en un gran aliado para superar el proceso selectivo.


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